¿Acaso no es el estilista la expresión artística de las empresas?
¿No tendríamos los estilistas que adquirir un compromiso y ser promotores de los derechos ganados por las y los habitantes de su ciudad, comunidad o territorio?
¿No sería lo más pertinente aunar a la formación comercial que reciben los estilistas por parte de las empresas de servicios y productos no sólo como promotores de moda sino de derechos humanos y diversidad?
La Brigada de Belleza Itinerante es un instrumento que auxilia y a la vez capacita células de estilistas en materia de derechos humanos y equidad de género al crear encuentros con mujeres agrupadas entorno a una asociación civil o institución de salud pública. El trabajo del estilista es un idioma ideal para promover la equidad en el trabajo, la escuela, la familia y en todos los ambientes públicos y privados por su capacidad de sintetizar experiencias y emociones en el entorno familiar.
Tratamos al estilista como un ente sensible y creativo que tiene la cualidad de desarrollar un “ojo experto” haciendo puentes de información y conocimiento desde sus salones de belleza, estéticas o barberías a la población más vulnerable que son los jóvenes; de sus garantías individuales y del desarrollo desde temprana edad en los niños del sentido de dignidad humana, igualdad, libertad y seguridad entre otros.
Estas actualizaciones pueden ocurrir a la par de seminarios, academias, salas técnicas, cursos, master class entre otros asegurando así al estilista en contra de “prejuicios”, mediante la incorporación de talleres dónde no sólo las técnicas de corte y color sean material de estudio en una industria que vive del “bienestar moderno”.
En las Brigadas de Belleza Itinerante desarrollamos una red horizontal y participativa de estilistas voluntarios que comparten el patrimonio de acceder a la belleza, todos ellas y ellos a través de asesorías, conversatorios, dinámicas de juego, aprenden a “compartir y dar lo que son y no lo que les sobra” porque justo la idea de adoptar una postura de benefactores nos aleja de entender la estrecha relación entre la estética y el bienestar.
Xochiquétzal, la diosa de los estilistas
Xochiquétzal (Flor hermosa)
Como colega profesional de la belleza propongo por el desarrollo de este proyecto social reconocer en la diosa Xochiquétzal una encarnación de respeto, por ejemplo.
En el mundo prehispánico las mujeres dedicadas a estilizar, crear postizos y peinados que vistieron a la clase política, comercial y religiosa de la época reconocían en la diosa Xochiquétzal una protectora de ellas, de las flores, la belleza y la libertad sexual. Por si fuera poco la deidad nació de los cabellos de la diosa madre.
“Hasta la masificación de una tendencia es que es descriptible”.
“Un día de septiembre salí entre semana sin dirección fija a las calles del Centro Histórico de la Ciudad de México a preguntar a las artesanas si alguna de ella conocía a la diosa Xochiquétzal. En la calle Isabel la Católica y Madero me encontré a una mujer que tallaba un Cristo en madera a la sombra de unas columnas religiosas… Buenas tardes, hoy salí de casa con un compromiso, preguntar a mi paso si alguien reconoce a la diosa Xochiquétzal, joven, me respondió la artesana: no conozco a ningún dios.
En la calle de Motolinía me encontré con una mujer que vestía un “huipil” y tejía una diadema a la sombra de una jardinera, con una fuerte carga simbólica, detrás de los hilos sintéticos de colores habitaba el linaje de generaciones, a ella también le fue ajena la diosa.
Trashumando llegué a la esquina dónde el calzado deportivo, ortopédico o crocs marcan el ritmo con bastones y siestas interminables…
Casa Xochiquétzal
Casa Xochiquétzal. He aquí una iniciativa que da vida, una casa hogar de mujeres de la tercera edad que ejercieron el sexo servicio; una esquina, un techo dónde terminan sus días las encarnaciones de la diosa. La esquina donde inicia la belleza y se rompe.
Casa Xochiquetzal: mujeres alegres de Bénédicte Desrus. Premio REVELA 2013
Escucho y me repito en voz baja: “Falleció Conchita y Canela ha salido del hospital, así que han quitado las fotos de la primera del altar para no hacer notar más la pérdida”.
María de Luz Chávez me devuelve y responde a mi pregunta original, sin dejar de enfilar su bastón al comedor de la casa que le da asilo. Ella sí recuerda a la diosa Xochiquétzal y relata haber trabajado 17 años en una cocina económica, “La Lupita”, en el corazón de Tepito, en la calle de Jesús Carranza. “La historia de mi patrona no la sé toda, sólo que le costó mucho trabajo encontrarla” y describe un monolito de unos treinta centímetros de largo al que le ponían y cambiaban flores diariamente.
“La Normota” otra habitante de la casa, dice ver una mujer de cabellera negra y larga, con zapatos planos de los de antes… pero la verdad, esa me parece otra historia y me quedo con la historia del monolito.
El trabajo de la Brigada de Belleza Itinerante es normalizar en nuestro entorno la vida asumiendo y entendiendo los cambios físicos de las participantes al proyecto por medicaciones como las de cáncer, lupus o esclerodermia.
Lector de noticias, profesional de la belleza te estamos invitando haciendo del conocimiento de los adelantos que están ocurriendo del nuevo concepto de estética social en México, espacios de noticias como este nos permite difundir con imágenes, crónicas y textos generados de nuestros ejercicios de disciplina colectiva.
Diego Sexto